Traducción y artículo comentado sobre: “Intervenciones nutricionales en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal”.
Lic. Zohar Jastreblansky, Lic. Lorena Magnifico, Lic. Sonia Ramírez, Lic. Mariela Fischberg. Primera cohorte de la Carrera de la Especialidad en Nutrición Clínica – Sede Hospital Nacional Alejandro Posadas (UBA).
*Realizado en colaboración con Fundación Mas Vida de Crohn & Colitis Ulcerosa. Junio, 2018.
Artículo: “Nutritional Interventions in the Patient with Inflammatory Bowel Disease” Berkeley N. Limketkai, MD, PhDa,*, Andrea Wolf, RDb, Joanna Yec, Maryam Tajamalc, Alyssa M. Parian, MDc. Publicado en: Gastroenterol Clin N Am – (2017).
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) que comprende la enfermedad de Crohn (EC) y colitis ulcerosa (CU) son enfermedades inflamatorias crónicas del tracto gastrointestinal que alternan entre períodos de recaída y remisión.
La causa de la EII aún no se conoce, pero se cree que depende de la interacción entre la genética de la persona, la microbiota intestinal (que es el conjunto de bacterias que se encuentra en el intestino normalmente) y los factores ambientales.
Los alimentos pueden modificar la microbiota y provocar inflamación (que es la respuesta del organismo ante una agresión) por eso influye en esta enfermedad.
En los últimos años en los países occidentales hubo un aumento del número de personas con EII lo que hace pensar que el consumo de alimentos industrializados puede estar relacionado. Con el objetivo de mejorar los síntomas y mantener la remisión o inducirla existen distintos tipos de dietas probadas en grupos de personas con EII:
Resumen del artículo: Debido que las dietas tienen un fuerte rol en la modificación de la microbiota intestinal e influyen en la inflamación intestinal hay evidencia emergente que determina que las intervenciones nutricionales pueden ayudar en el tratamiento de la EII. Sin embargo, la composición específica de nutrientes y las dietas están aún poco definidas, debido a la falta de evidencia. Aunque algunos estudios pequeños muestran beneficios de algunas dietas en reducir o mantener la remisión, la evidencia es aún débil o insuficiente. Estos hallazgos muestran la necesidad de investigaciones adicionales en cuanto a los componentes dietarios y las dietas en el tratamiento de la EII. Hasta el presente los autores no pueden recomendar ninguna dieta en particular, sino que sólo se puede recomendar realizar un plan de alimentación saludable basado en alimentos de origen vegetal, alto en fibra y bajo en azúcares refinados y alimentos procesados. Dados los beneficios de una alimentación saludable, incluso si ésta no sirviera como tratamiento para la EII, traería muchas ventajas dado que mejoraría la microbiota intestinal, como también para la salud tanto gastrointestinal como en general.
Aportes de los comentadores: Este artículo coincide con las guías elaboradas por las sociedades científicas, las cuales hacen mención a este tipo de dietas de exclusión pero refieren que aún no hay evidencia suficiente para poder recomendar alguna en particular. Dadas las características restrictivas de este tipo de dietas se corre el riesgo de provocar deficiencias nutricionales. Por otro lado, se debe tener en cuenta a cada persona en forma particular, así como también la etapa de la enfermedad en la que se encuentra, por lo que el tratamiento nutricional debe ser personalizado, ya que cada individuo es diferente. Por lo que la recomendación es que concurra a un profesional de la nutrición, quién desarrollará un plan nutricional individualizado acorde a las necesidades de la persona.
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