13. Pautas sobre Nutrición & EII según guías (2016) de ESPEN

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13. Pautas sobre Nutrición & EII según guías (2016) de ESPEN

Nutrición y Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII)

Artículo realizado por:

  •  Licenciada Marisa Canicoba, Integrante del equipo multidisciplinario de EII del Hospital Nacional Prof. A. Posadas
  • Licenciada Luisina del Río, Residente de Nutrición Hospital de Agudos J. A. Fernández
  • Licenciada Ana Fegan, Residente de Nutrición HIGA Prof. Dr. R. Carrillo

En los pacientes con Enfermedad de Crohn (EC) y Colitis Ulcerosa (CU), el cuidado nutricional debe incluir la prevención y el tratamiento de la malnutrición y la prevención de la osteoporosis.

La malnutrición se define como una condición fisiológica anormal causada por un consumo insuficiente, desequilibrado o excesivo de los macronutrientes que aportan energía alimentaria (hidratos de carbono, proteínas y grasas) y de los micronutrientes (vitaminas y minerales) que son esenciales para el crecimiento y el desarrollo físico y cognitivo. Esta condición puede ocurrir tanto en la CU como en la EC, pero suele ser un problema mayor en esta última. En ambas pueden ser resultado de una ingesta disminuida, del aumento de las necesidades de nutrientes y energía, de las pérdidas gastrointestinales de nutrientes (principalmente por las diarreas frecuentes) y, en algunos, casos de las interacciones fármaco-nutrientes.

La osteoporosis es una alteración de la estructura del hueso que provoca una disminución de su resistencia con un incremento del riesgo de fracturas. En los pacientes con EII, la inactividad, el tratamiento prolongado con corticoides, las deficiencias nutricionales y la propia enfermedad pueden favorecer el desarrollo de esta complicación.

Dada la importancia de la nutrición en estas patologías, la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN) (1) ha publicado en Diciembre de 2016, nuevas guías (Clinical Nutrition in inflammatory bowel disease) que orientan el trabajo de los profesionales en la EII.

A partir de las recomendaciones de estas guías se pueden responder las siguientes preguntas:

En personas sin diagnóstico de EII, ¿existe alguna dieta que pueda prevenir su desarrollo?
Una dieta rica en frutas y verduras, pescados y semillas se asocia con una disminución del riesgo de EII.
Varios estudios científicos demuestran que el elevado consumo de carnes rojas y de grasa de origen animal, característico de la dieta occidental, incrementa el riesgo de desarrollo de esta patología.

La lactancia materna es el mejor alimento para el bebé y está demostrado que se asocia con una disminución del riesgo de la EII.

¿Los pacientes con EII en etapa activa (brote) deben seguir una dieta específica?
No existe una dieta específica que pueda promover la remisión de la enfermedad. Sin embargo, puede ser necesario excluir ciertos alimentos en forma transitoria para aliviar los síntomas. Además, en ciertos casos, según el estado de nutrición, puede ser necesario el uso de suplementos nutricionales y/o de otras formas de soporte nutricional (enteral o parenteral).

Dadas las particularidades de cada paciente, es importante que todas las personas con EII reciban asesoramiento nutricional individualizado por un nutricionista especializado.

Nota: Podrá solicitar a su médico que realice una derivación al especialista en nutrición de su equipo multidisciplinario.

¿Los pacientes con EII en etapa de remisión deben seguir una dieta específica?
No es necesario seguir una dieta específica durante la etapa de remisión. Actualmente existe abundante información acerca de las dietas en EII, pero de baja calidad científica. La recomendación general es seguir una alimentación saludable.

En ciertos casos puede ser necesario el uso de suplementos nutricionales y/o de otras formas de soporte, según el estado de nutrición del paciente.

En algunas personas puede ser útil la eliminación de productos lácteos, alimentos con alto contenido graso, alimentos generadores de gas y ricos en fibra, y/o condimentos picantes. Se propone que las dietas sean personalizadas, dependiendo de la tolerancia individual de cada paciente.

¿Son útiles los suplementos de Omega 3 para prevenir una recaída?
No existen pruebas suficientes para justificar el uso de suplementos con ácidos grasos Omega 3 en la etapa de remisión de la enfermedad, por lo tanto no se recomienda.

¿Son útiles los probióticos para prevenir la recaída?
Se ha demostrado que los probióticos E. coli Nissle 1917 y VSL#3 tienen beneficios en la prevención de la recaída en CU, pero no en EC. Sin embargo, estos probióticos no se encuentran actualmente disponibles en Argentina.

¿En personas con EII es recomendable realizar actividad física?
La actividad física no tiene un efecto directo sobre el curso de la enfermedad, pero está demostrado que mejora la calidad de vida. Por lo tanto, se recomienda ejercicio aeróbico supervisado (por un mínimo de 30 minutos 3 veces por semana) en todos los pacientes con EII.

¿Existe alguna recomendación nutricional específica para pacientes con EII y obesidad?
En pacientes obesos se sugiere el descenso de peso sólo en etapa de remisión y siempre bajo asesoramiento de un profesional.

Referencias

  1. Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo. www.espen.org