Los pacientes con EII deberían solamente evitar todos aquellos alimentos que de forma reiterada y sistemática aumenten sus síntomas.
La aparición o empeoramiento de un síntoma tras la ingestión de un alimento previamente ingerido es fortuito en la mayor parte de los casos.
En este sentido, no existe ningún fundamento basado en la evidencia científica para prohibir los productos lácteos en pacientes con EII por el mero hecho de tener un diagnóstico de EC, CU o CI.
Los lácteos son una fuente importante de calcio y proteínas. El yogur y los quesos pueden contener menor cantidad de lactosa y por eso son mejor tolerados.

