Compartimos el artículo realizado por nuestra asesora en nutrición Lic. Marisa Canicoba junto a una residente, sobre la actualización de la última guía de ESPEN 2020 de nutrición & EII.
Pautas sobre Nutrición y Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) según guías ESPEN 2020.
Artículo realizado por: Lic. Marisa Canicoba, Integrante del equipo multidisciplinario de EII del Hospital Nacional Prof. A. Posadas; Lic. Lucía De Nobili, Residente de Nutrición Hospital Nacional Prof. A. Posadas.
Las enfermedades inflamatorias intestinales, predominantemente Enfermedad de Crohn (EC) y Colitis Ulcerosa (CU), ahora conocidas en todo el mundo desarrollado. La malnutrición (MN), definida por la OMS como el consumo insuficiente (desnutrición) o en exceso (obesidad) de la ingesta de energía y/o nutrientes de una persona, puede ocurrir en cualquiera de las dos entidades, pero es más frecuente en la EC. La prevalencia de MN oscila entre 20 y 85%.
La atención nutricional es fundamental en el tratamiento de estos pacientes e incluye la prevención de la desnutrición, deficiencia de micronutrientes y prevención de la osteoporosis, patología propia del hueso caracterizada por una alteración de su estructura con disminución de su resistencia, incrementando el riesgo de fracturas debido al consumo de corticoides y la inactividad física en estos pacientes.
Debido a la relevancia del aspecto nutricional en estas patologías, la ESPEN (Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo) publicó en Diciembre de 2019, la actualización de las Guías de Nutrición Clínica en EII basada en opiniones de expertos para proporcionar una herramienta sobre el manejo de estas patologías y contribuir al tratamiento de las mismas para los pacientes hospitalizados o ambulatorios.
¿Qué nos dicen las guías respecto a la alimentación en la EII?
- Una dieta rica en vegetales y frutas, frutos secos, semillas y pescados (ácidos grasos omega-3), disminuye el riesgo de desarrollar EII; por el contrario, varios estudios demostraron que el alto consumo de carnes (rojas) y grasa animal, aumenta el riesgo de la misma.
- La lactancia materna reduce el riesgo de desarrollo de EII.
- Los pacientes con EII están en riesgo de malnutrición y, por lo tanto, deben ser evaluados en el momento del diagnóstico y, a partir de entonces, en forma periódica. Interrogar acerca de sus hábitos alimentarios; peso habitual y actual para evaluar pérdida de peso; apetito y poder actuar en consecuencia.
- Se debe suplementar oralmente con hierro a aquellos pacientes que presenten anemia, hasta normalizar los valores de laboratorio.
- No existe dieta específica en brote de la EII para contribuir a la remisión, aunque requiere que se excluyan ciertos alimentos con alto contenido de fibra en forma transitoria para evitar exacerbar los síntomas.
- Si la ingesta de alimentos no es suficiente o adecuada, puede aumentar el aporte calórico a través de suplementos orales o, de ser necesario, vía enteral o parenteral.
- Los pacientes en remisión no requieren ninguna dieta en especial, sólo alimentarse de manera saludable pero se aconseja que sigan las indicaciones realizada por licenciados en nutrición dentro del equipo multidisciplinario para evitar la malnutrición y brindar un asesoramiento nutricional adecuado e individualizado ya que en algunos casos es necesario evitar algunos alimentos como: lácteos (leche en caso de diarrea, pero la mayoría de los pacientes pueden consumir yogur y quesos), alimentos con alto contenido de grasas (manteca, crema, frituras), productores de gas y ricos en fibra por su baja tolerancia (brócoli, repollo blanco, colorado o repollitos, ajo, cebolla, vegetales de hojas verdes).
- Los suplementos de omega-3 no se deben recomendar para el mantenimiento de la remisión en pacientes con EII.
- No se recomiendan las dietas altas en fibra para pacientes con EII en remisión (consumo excesivo de legumbres, frutos secos, semillas), sino seguir una dieta equilibrada y balanceada según determine el licenciado en nutrición.
- El uso de probióticos debería ser considerado para el mantenimiento y remisión de la Colitis Ulcerosa pero NO para el mantenimiento y remisión en enfermedad de Crohn. Los más estudiados fueron Escherichia coli Nissle 1917 y VSL#3 en pacientes con pouchitis pero en nuestro país (Argentina) no contamos con este tipo de producto.
- Pacientes con EII embarazadas y lactantes deben monitorear los niveles de hierro y ácido fólico en sangre para determinar si es necesario suplementar en caso de déficits.
- El entrenamiento de resistencia (aeróbico) debe ser alentado en estos pacientes, sobre todo en aquellos con disminución de la masa grasa y muscular.
- Los pacientes obesos deben lograr un peso corporal saludable en etapa de remisión con el seguimiento de un profesional.
El plan de alimentación constituye uno de los pilares fundamentales. Deberá ser completo, variado, saludable y fraccionado. Por ello, la intervención nutricional debe formar parte de la atención integral de pacientes con EII y aplicada por un Licenciado en Nutrición debidamente especializado.