Alejandro de 11 años, el mayor de 3 hermanos varones, empezó con fuertes dolores abdominales en Julio/16. A los pocos días empieza con diarrea, al principio era sin sangre después de algunos días ya fueron diarrea con sangre. No mejoraba con ningún tratamiento. Lo llevé de pediatra en pediatra, entre Encarnación y Posadas (Provincia de Misiones, Arg.) el único gastroenterólogo infantil de Posadas estaba de viaje y no había nadie quien pudiera hacerle la endoscopía.
En Octubre/16 con mi mamá (quien fue como un ángel para el empuje) viajamos a Bs.As. al Hospital Garrahan. Ahí en menos de 6 días ya tenía diagnóstico: colitis indeterminada, análisis y estudios complejos realizados. No pensamos que nos íbamos a quedar un mes por Bs.As.!! Inició tratamiento con Mesalazina 2 gr por día, omeprazol, ácido fólico y sulfato ferroso con excelentes resultados. A las pocas semanas desaparecieron todos los síntomas. El Dr. dijo que sólo el tiempo y evolución de Alejandro determinaría si es Colitis Ulcerosa o enfermedad de Crohn. Desde ese momento lo de Alejandro marcó un antes y después en nuestras vidas y rutinas como familia. Empezamos a investigar sobre las EII. Mi papá, ya fallecido, tuvo Colitis Ulcerosa hace como 15 años pero nunca me interiorice de su enfermedad hasta ahora, con mi hijo.
Leí en una de las experiencias de esta página que afecta la psiquis y es así efectivamente con Alejandro, suele ponerse más nervioso. Y nos dimos cuenta, su papá y yo, que factores como el estrés, presión, carga de responsabilidad a Alejandro habrá influenciado a que desarrolle la EII ya que estaba genéticamente predispuesto. Le sobre exigíamos mucho con sus calificaciones en la escuela, en la casa para que se encargue de sus hermanos, en las tareas domésticas, en actividades extra escolares que tenía; y nos dimos cuenta que todos debíamos cambiar de actitud con él, y él mismo debía cambiar; es más importante su bienestar y salud. Tratamos de hablar más con él, de sus gustos, de sus intereses y tratar de guiarlo siempre por el buen camino. Le disminuimos las actividades extras que tenía a una sola que le gusta mucho: el fútbol. Establecimos nuestras prioridades como familia y tratamos de cumplirla. No hay mal que por bien no venga, ahora disfrutamos más los momentos juntos en familia. Tuvimos mucha gracia de Dios en que se le haya podido diagnosticar correctamente en sólo tres meses y que responda muy bien al tratamiento. Hoy febrero/17 aún está con dieta hipofermentativa moderada aunque le vamos probando algunos alimentos para ver cómo responde. Seguimos al pie de la letra la medicación. Incluimos la cúrcuma en sus comidas, y le hace bien.
No perdemos la fe en que algún día deje totalmente la medicación y pueda comer de todo. Creo firmemente que depende de Alejandro, de nosotros, de todos quienes lo amamos.
Ahora asumimos nuestros constantes viajes a Bs.As como un paseo, un disfrute; además de su control médico.
Liliana, mamá de Alejandro.