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La Pareja

La relación de pareja e intimidad forma parte de vida adulta de las personas con EII. En este sentido, atravesar ciertos momentos de incertidumbre son entendible, tanto si tenes una relación estable como si no. El desafío de relacionarte con otra persona implica compartir tu intimidad. Tu realidad. Tu EII.

Ciertos interrogantes podrán surgir a la hora de plantearte si tu capacidad física para las relaciones sexuales se verán afectadas a causa de la enfermedad. En este sentido, debes saber que la EII no afecta la capacidad sexual. Simplemente, habrá momentos en que te sentirás más a gusto que otros.

Conversar con tu pareja sobre qué es la EII les permitirá a ambos minimizar sentimientos relacionados a la vergüenza, preocupación, e incluso, establecer la confianza para que ambos puedan relajarse. La clave para una buena relación es la comunicación y la confianza. Debes considerar que además de los propios miedos, tu pareja también puede tener dudas. Hablar es la mejor forma de solucionar los problemas y normalizar las relaciones.
Cuando compartas tu experiencia con EII, hacelo de modo simple, sólo aquella información que sea necesaria. A medida que los dos tomen confianza surgirán nuevas oportunidades para explicarle más detalles.

En los períodos de brotes donde los factores físicos derivados de la propia enfermedad producen cansancio, diarrea o dolor abdominal seguramente verás reducido tu deseo y actividad sexual, tanto como en aquellos en los que tu estado de ánimo no sea el mejor. Lo importante es que puedas afrontar, también, los factores psicológicos (como problemas de autoestima, ansiedad o depresión que en ocasiones pueden derivar de la imagen corporal a raíz de la medicación o cirugías).

En los casos de cirugía, hay ciertas complicaciones poco frecuentes relacionadas a la vida sexual que deben considerarse y conversar con el médico especialista antes de someterse a esta. En el caso de la extirpación del recto los nervios pélvicos pueden lesionarse y ocasionar disfunción eréctil en los hombres. En las mujeres, pueden presentarse alteraciones en la lubricación y dispareunia. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes tras la cirugía -incluidas las personas ostomizadas- la vida sexual suele mejorar ya que ésta les permite controlar la enfermedad resiste a los tratamientos médicos.

Si llevas una ostomía, vaciar la bolsa antes de la relación sexual puede darte mayor seguridad, como también mantener tu ropa interior para “camuflar” el estoma. Hablarlo con tu pareja será siempre lo mejor para ambos.

Durante tus visitas al médico especialista, es importante que puedas comentarle si estas atravesando dificultades para mantener una vida sexual activa, sobre todo, si se trata de dolores ya que puede ser que requieras de algún tratamiento especializado.

Un aspecto fundamental para una vida sexual normal es el correcto control de la enfermedad, ya que en períodos de remisión no hay ningún impedimento a causa de la EII.

En los casos que las alteraciones en vida sexual sean a causa de factores psicológicos, -relacionados a la imagen corporal, autoestima o por síntomas depresivos asociados a la enfermedad- requerir ayuda especializada te brindará la oportunidad de superarlos.

Debes considerar que ciertos fármacos puede interferir en la función sexual.
En particular, los corticoides pueden provocar cambios de humor y efectos secundarios estéticos (aumento de peso, acné, o la aparición de vello) impactando en la imagen corporal y la confianza, aspectos influyentes en la vida sexual, mayormente en las mujeres.

En el caso de los hombres, la sulfasalazina si bien no altera la función sexual, puede asociarse a una reducción del número de espermatozoides provocando infertilidad, situación que es reversible al suspender el fármaco.

Con el resto de los medicamentos destinados al tratamiento de la EII no se han descrito disfunciones sexuales.
Por lo que no dejes de tomar tu medicación a causa de temores en la actividad sexual, sino por el contrario, la medicación será la que te permitirá tener la EII controlada, contribuyendo a una mejora en la imagen corporal y la energía necesaria para llevar una vida sexual plena.

Habitualmente, no es sencillo hablar sobre las alteraciones en la vida sexual con el médico tratante de la EII, tanto porque no se reconocen como un problema o por prejuicios/ vergüenza resultando que pacientes y médicos eviten abordar estos temas. Identificar la causa de los problemas sexuales (sean físicos o psicológicos) permitirá requerir la ayuda especializada y volver a una vida sexual plena.  

La Enfermedad de Crohn, Colitis Ulcerosa y Colitis Indeterminada son llamadas en su conjunto Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII)

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